Vamos a hacer una fiesta, ¿queréis? Sí, ya sabía que
querríais. Vamos a colarnos en la mejor discoteca del
barrio, vamos a bailar hasta que nos duela todo.
Brindaremos por nuestra felicidad. Vamos a olvidarnos de
todo, que el alcohol pueda con nosotros. Y luego, de nuevo
a la pista de baile. Cogeremos a la primera persona que
veamos, estaremos tan idos, que ni siquiera nos
acordaremos de su apariencia dos minutos después.
Gritaremos por la calle, quién sabe como acabaremos. ¿Y
después qué? Después, por desgracia, tendremos que
volver a la vida real.
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