¿Lo qué más me gusta de él? Su gran imperfección.

Si alguna vez me preguntaran que es lo que mas me gusta de él, no sabría que responder.
Porque sus labios son la cura para los míos, su forma de andar es única, ese ritmo que lleva de
chulería pero que luego se queda en humildad. De su mirada ya ni hablemos. Esa mirada que
hace que me quede tonta mirándolo cada vez que lo veo. Sus manos son el mejor tacto que se
puede tener, hacen que me de un gran escalofrío cada vez que me roza o me coge por el
hombro. Y su cara, no para todos, sino para mi es lo más bonito que mi ojos han podido ver.
Sus facciones para mi son como un alivio para mi vista. Y la verdad es que respondería: Lo
siento, pero es tal su imperfección que para mi lo hace realmente perfecto. Mejor dicho, no
cambiaría nada de él ni el peor día de su vida.