viernes, 24 de febrero de 2012

Aprendí que los amores eternos pueden terminar en una noche. Que grandes amigos pueden volverse grandes desconocidos y que los desconocidos pueden volverse grandes amigos. Que nunca terminamos de conocer a una persona de verdad. Que el amor no tiene la fuerza que imaginé. Que todavía no inventaron nada mejor que el abrazo de mamá. Que el "nunca más" nunca se cumple y que el "para siempre", siempre termina.

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