sábado, 3 de marzo de 2012

Definitivamente, algo no iba bien. Para ser exactos iba bastante mal y es que había cerrado
los ojos y cuando quise acordar estaba escuchando la canción, a decir verdad, nuestra
canción y no era que el dolor se hubiera esfumado así como quien no quiere la cosa, si no
mas bien todo lo contrario, las heridas dolían ahora más que nunca cuando casi pensaba que
estaba superado. Tus labios ardían en mi lengua y las llagas eran cada día un poco más
profundas. Cada nota musical fue entrando levemente a cada uno de los pliegues de mi
cuerpo y erizando mi vello por completo. Sin duda era la mejor forma de revivir ese
recuerdo. Si acaso mis fuerzas flaqueaban en algún momento y lo que quería era sentirte de
nuevo, bastaba con pulsar el maldito reproductor de música y la canción haría el resto..tus
manos volverían a pasearse curiosas por mis jirones y tus labios quemarían de nuevo como
el fuego, tus ojos volverían a penetrar de esa manera tan lasciva mis pupilas e irían
memorizando cada punto débil. Por lo contrario, si lo que quería era olvidarte de una vez, lo
más sencillo hubiera sido borrar la canción y con ella aquel día en la que pasamos toda la
mañana y parte de la tarde comiéndonos a besos y respirando el mismo aire, pero por
desgracia aun no había llegado hasta tal punto. La canción sigue en mi reproductor, lista
para poder escucharla algún día sin sentir dolor, y tu recuerdo...bueno tu recuerdo
sencillamente, no se irá.

No hay comentarios:

Publicar un comentario