jueves, 1 de marzo de 2012

Día tras día te das cuenta de que la vida no es tal y como pensaste. No es de color de rosa, no tienes a ese príncipe azul, como el de Blanca nieves. Y es que, dudo que exista, no sé muy bien por qué pero, solo sé que mi príncipe no es azul, el mío es transparente, y... ¿Sabes por qué? Porque cuando lo miro, me expresa un millón de caras y sin ni siquiera mover los labios me dice mucho más que hablando. Y sé que él no es como todos y que si me fijé en él es porque tiene un no se qué y un qué se yo que me encantan. Él es la razón por la cual siempre, ante todo, sonrío.

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