domingo, 11 de marzo de 2012


Me he levantado y he ido dando tumbos por toda la maldita casa, será la resaca de anoche
que aun hace mella en mis entrañas o el acoso de ese molesto humo en mis pulmones del
último paquete de tabaco que compré. El caso es que no he pegado ojo en toda la noche
recopilando sucesos antaños y para que ocultarlo, tengo los ojos ennegrecidos de mi rímel
corrido de tanto derramar lágrimas y es que maldita sea, he vuelto a recordar aquellos
besos nocturnos desparramados cuesta abajo por mi piel y esas madrugadas en las que mi
único pasatiempos era saborear de tus labios esa infinita e irrepetible miel. Creo que a estas
alturas debería pasearme por las cenizas de lo que pudo ser y no fue; de lo que un día tuve y
por tonta ignoré; y es que debería quizá enterrar las cicatrices y maquillar los golpes de un
rojo pasión que valla de nuevo causando sensaciones y que a cada paso que dé, sepa todo el
mundo...que casi te olvidé.

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